El velo de novia es un accesorio cargado de tradición y simbolismo que ha ocupado un lugar muy especial en las bodas desde la antigüedad. Su origen se remonta a la antigua Roma, donde simbolizaba la protección de la novia contra los malos espíritus y su transición a una nueva vida. Con el paso de los siglos, este accesorio ha evolucionado, adaptándose a los cambios en la moda y reflejando los valores culturales de cada época. En la Edad Media, por ejemplo, se convirtió en un símbolo de pureza y modestia, mientras que en el Renacimiento comenzó a destacar como un accesorio de lujo que acentuaba la opulencia de la ceremonia.
En la actualidad, el velo de novia no solo mantiene su tradicional significado, sino que también se ha reinventado para complementar los estilos modernos y las preferencias personales. Desde los delicados velos cortos que apenas rozan los hombros hasta los impresionantes mantos que caen hasta el suelo. Lo más importante es que cada uno cuenta una historia única, por eso, te dejamos algunas recomendaciones para elegir el ideal para ti.
Una de las primeras cosas que debes tomar en cuenta en la elección del velo es el largo que buscas, existen 10 diferentes tipos de largos.
- Velo al hombro – 50 cm
- Velo al codo – 63 cm
- Velo a la cintura – 76 cm
- Velo a la cadera – 91 cm
- Velo a los dedos – 106 cm
- Velo vals – 152 cm
- Velo al piso – 198 cm
- Velo capilla – 244cm
- Velo catedral – 290 cm
Los largos más tradicionales —y populares— son al piso, capilla y catedral, sin embargo, recientemente las novias también han optado por los velos minimalistas que cubren solo el rostro o que llegan al largo del codo.
El velo es más que un simple accesorio, es un elemento que suma a todo el look nupcial. Por eso es importante considerar el estilo de vestido que llevarás en el gran día en la elección del velo. Si lo que buscas es destacar los detalles del vestido, uno transparente con un borde de encaje puede ser el ideal, sin embargo, si prefieres coordinar ambos elementos, puedes elegir uno de manta, hilos, encaje o tul con accesorios como perlas, brillos, aplicaciones, etc.
Si lo que buscas es combinar la cauda del vestido con el velo, deberás considerar que éste supere por lo menos, por 10 centímetros el largo de la cola o incluso un poco más si tiene adornos gruesos en los bordes. Sin embargo, si tu vestido no tiene cauda, un velo tipo vals o a hombro, de modo que jueges un poco con la movilidad y estilos.
Para agregar un poco de dramatismo al look, opta por uno que sea de un tono ligeramente diferente al del vestido. Existen diferentes opciones de colores: los más tradicionales son blanco, perla, crema y hasta con destellos dorados.
Las texturas también son variadas, la mantilla es un material que ya es poco común entre las novias modernas, en su mayoría, son velos heredados por las madres y abuelas, por lo que, además, cuentan con una carga sentimental que le agrega un toque de romanticismo.
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Los velos de hilo también son poco comunes, por lo que si quieres un velo original, estos son tu mejor opción, le dan un toque de misterio y tradicionalismo como pocos.
Uno de los tejidos más populares para el velo es el tul: con sus variedades en seda —que destaca por su elegancia—, plumeti, algodón o cristal: también conocido como “velo invisible” y que se emplea en los escotes ilusión, pues su transparencia va ideal para los velos cortos.
El raso —un tejido de seda con textura suave— se usa en velos de complemento debido a que, al ser más grueso, impide un poco la visión. Sin embargo, si quieres algo vaporoso, ligero y con pliegues naturales, la organza es tu material ideal.
Otras telas utilizadas son el chifón, que se caracteriza por tener una caída muy fluida y el encaje, que puede acompañarse de bordados, apliques u otros elementos como perlas, brillos o pedrería.
Sea cual sea tu elección, recuerda que tu boda es uno de los días más importantes de tu vida, por lo que tanto el velo, como el vestido y todos los elementos complementarios que lleves deberán reflejar tu personalidad. Es un día único y especial que se adornará con el estilo que más te guste: minimalista, dramático, romántico o tradicional y, lo más importante, que a ti te encante y te haga sentir maravillosa.