Es un momento muy especial, en donde tu brillarás, eres el centro de atención junto con tu pareja, algo que jamás se repetirá, por lo tanto, debes disfrutarlo al máximo y no sufrirlo. Siempre hemos buscado encajar en la sociedad de la cual formamos parte, desde tu forma de vestir, caminar, hablar, comportarte, incluso pensar y hablar, evidentemente la boda no queda fuera de esto.
Los preparativos requieren mucho tiempo además de paciencia; banquete, vestido, anillos, mobiliario, luces, dj, peinado, maquillaje, zapatos, damas, luna de miel, mesa de regalos, invitaciones, confirmaciones, salón, dieta, papeles. ¡Ah claro y no hay que olvidar!
La opinión de tu suegra, prima, hermana, papá, mamá, amigas, redes sociales, wedding planner y al final la tuya. ¡No!
Es tu momento, has lo que te haga feliz y sentirte cómoda. Encuentra momentos para consentirte, tu opinión es la más valida sobre todas además de la de tu novio.
Encuentra momentos para ir a las citas, en donde tienes que tomar las decisiones sobre la boda, solo con las personas más indispensables o incluso tu sola con tu novio.
Diviértete organizando la boda, investiga sobre los servicios que ofrece los proveedores. Tienes que pensar que hay que mantener un balance, no es recomendable que dejes de lado tu vida por la boda. No descuides a tu familia, amigos, trabajo, salud, estudios o TU NOVIO, trata de crear un círculo saludable en los meses que debes de organizar la boda.
Y si, si eres la más HERMOSA DEL REINO.
Foto de portada Javier Sánchez Mingorance
Agradecimiento especial a: Celina Fernandez Acosta, modista de alta costura.
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