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En la vida diaria poner la mesa representa una actividad mundana. Colocar platos, cubiertos, manteles y servilletas con el único propósito de disfrutar una comida, se ha vuelto un proceso casi automático que muchas realizamos todos los días.
El table styling es una práctica histórica que va mucho más allá de los alimentos, significa convertir cada evento en una celebración y cada reunión en una fiesta.
La costumbre de adornar la mesa tuvo su boom en Occidente a partir del siglo XVIII, cuando la aristocracia europea transformó esta tendencia en una forma de expresión y escape de la cotidianeidad hacia un mundo de fantasía donde todo se valía. Los manteles dejaron de ser medios para limpiar las manos de los comensales y pasaron a ser lienzos para contar historias. Se diseñaron un sinfín de vajillas, cristalería y cubiertos con propósitos cada vez más específicos (imagina unas pinzas para abrir nueces o un mini tenedor para comer escargots). Los centros de mesa también crecieron en tamaño y relevancia incorporando flores, candelabros de plata y otros elementos para convertirse en los protagonistas de la mesa.
Con el paso de los años la decoración se ha ido adaptando a los tiempos; desde la opulencia de principios del siglo pasado, hasta el kitch noventero y el minimalismo de la década de los sesenta, las mesas y la forma de ponerlas han sido testigos de la personalidad y carácter de cada generación.
Hoy en día el table styling está de moda y no únicamente para ocasiones especiales; mezclando colores, texturas y materiales cualquier comida puede convertirse en motivo de festejo. Déjate llevar por tu creatividad y atrévete a combinar vajillas, utiliza frutas o verduras para crear centros de mesa diferentes o juega con las texturas de tu cristalería y verás que tus invitados quedarán sorprendidos.
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