salud mental

Planear una boda no es poca cosa, además de toda la logística necesaria y miles de detalles en los que pensar, también hay un componente emocional muy fuerte para los novios.

No por nada son famosas las bridezillas, estas mujeres completamente normales en su día a día pero que, al planear su boda entran en metamorfosis y se convierten en monstruos controladores, intolerantes, llenos de ira y con pocas capacidades de escucha. La verdad es que no es para menos, planear una boda, a la que asistirán las personas más cercanas de nuestra vida y de la de nuestra pareja, es mucho más estresante de lo que parece. Lo más probable es que jamás volveremos a estar involucrados en la ejecución de un evento de tal magnitud y que tenga tantos detalles de logística, y, por supuesto, la enorme carga emocional.

Es por eso que en este tiempo, así como en nuestra cotidianeidad, es súper importante no perder nuestro balance de vida y cuidar de nuestra salud mental. Los humanos como los demás mamíferos, tendemos a buscar la homeostasis, es decir, el equilibrio, para poder estar sanos en todos los sentidos. Entonces, para que la planeación de tu boda no te agote y desgaste más de lo estrictamente necesario, te comparto algunos aspectos a tener en mente durante todos estos meses, y la verdad, para toda la vida.

Hoy en día ya está más que comprobado que la mente y el cuerpo son un mismo todo, son inseparables, y como tal, debes de atenderlos en conjunto, cuidarlos y escucharlos cuando te lo piden. Considerando el todo que es la mancuerna de la salud mental y física.

Las necesidades básicas, primero

Parece broma pero muy seguido se nos olvidan las necesidades básicas para la subsistencia humana: estoy hablando de techo, comida, agua potable, protección del entorno, respiración, descanso y sueño. Estas deberían de ser nuestra prioridad siempre, pues si no se cumplen bien, todo lo demás se sale de control, por eso se llaman básicas indispensables.

La realidad es que cuando estamos con muchas cosas en la cabeza solemos descuidar el sueño, la hidratación, la alimentación y la respiración. Ponte recordatorios un par de veces al día en los que puedas darte un espacio para ti, para disfrutar los alimentos, escuchar tu respiración, concluir actividades para tener un sueño reparador, etc. Planea con anticipación, de esta forma nunca olvidarás traer una botella de agua, tener planeadas las tres comidas de cada día, o al menos pensar en la mañana el lugar y la hora en donde comerás. Suena obvio, pero no lo es, conviene agendar por escrito espacios como comida, descanso y baño, si no las agendamos, acaban siendo relegadas por actividades más urgentes. Aunque ¿qué podría ser más urgente que nuestra salud?

Siempre es bueno pedir ayuda

Es indispensable aprender a delegar. Utiliza todos los factores de apoyo que tengas a tu alcance para la planeación de la boda. Pide ayuda a tu círculo cercano , delega y confía en tu wedding planner (si es que tienes una) ella tendrá mucha más experiencia que tú en la materia, te lo aseguro.

Querer tener el control de todo es inservible, agotador y estresante. Es más sano delegar y supervisar con tiempo cómo van las cosas, para eso son las madrinas y padrinos, las damas de honor o los profesionales como los wedding planners, que ofrecen sus servicios y son expertos en este ramo. 

Encárgate de lo consideras indispensable para ti y deja que el resto de los involucrados resuelvan sus propias responsabilidades. Deja que tu pareja elija y recoja su atuendo para el día de la boda. Tú te encargarás del tuyo. Si tu mamá mandó su vestido a la tintorería permite que ella sea quien gestione cuándo será más conveniente recogerlo. La empatía será tu aliada así que no te adjudiques más responsabilidades de las que seguro ya tienes. 

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Anticípate

Planea con antelación los detalles más relevantes que estén en tus manos para evitar, dentro de lo posible tener muchas actividades los días previos, de esta forma podrás llegar lo más relajada y descansada posible a tu boda. Con esto me refiero a agendar con tiempo recoger los accesorios de tu ajuar de novia, evita hacer pedidos con poco margen de llegada, así no estarás angustiada por si llegan o no. En cuanto a la recolección del vestido, confía en que la novia es la protagonista, seguro que podrás pactar la entrega con bastante antelación.

Apégate a tu presupuesto, haz los cálculos necesarios y establece un límite de gasto, considera siempre un pequeño extra para los últimos detalles.

Cada determinado tiempo haz un alto para ver desde lejos cómo va toda la planeación, asegúrate de no estarte alejando demasiado de tus intenciones y presupuestos originales. Empezar un matrimonio con deudas grandes puede llegar a ser muy estresante.

¡Ve a terapia!

Este es el mejor regalo —no solo de bodas, sino de vida— que te puedes dar. ¡Asiste a una psicoterapia durante este proceso, no solo estás planeando tu boda, te estás casando! Es un excelente momento para que inviertas en tu salud mental.
Convierte tu equilibrio y tu sanidad una prioridad en todos aspectos y alienta a tu pareja a que también lo haga. Por separados o juntos, cómo prefieran, pero vayan a terapia.

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Otros consejos

  • ¡Respira! Siempre es un buen momento para empezar a meditar, hacerlo con ayuda es más fácil, pero si resulta muy tedioso acudir a una sesión, puedes hacerlo desde casa con algún audio o aplicación que descargues 10 minutos diarios pueden hacer una diferencia enorme en el resto de las horas de tu día, agéndalo para que no se te olvide y vivas más en paz y en armonía contigo mismo.
  • Acepta que no va a ser perfecto, y que eso está bien. Al final la perfección es subjetiva. Lo más importante es disfrutar tanto el proceso como el gran día y así con cada nueva etapa de tu vida.
  • Comunícate con tu pareja y dividan responsabilidades de manera que les haga sentido a los dos. Lo más importante es que ambos se sientan cómodos con lo que están haciendo, al final, es el primer capítulo de una nueva historia de vida juntos.

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¡Y recuerda que querer tener el control de todo es una muestra de que tenemos miedo, y está bien sentirnos aterradas o con nervios, pero no dejes que eso te impida de ser feliz y disfrutar! Lo más importante es tu salud física y mental para poder empezar de la mejor manera el camino del matrimonio de la mano de tu pareja.