violencia

En 1975 la Organización de las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, una fecha destinada para conmemorar a la mujer. Desde entonces, no se ha parado de trabajar por la lucha de los derechos y erradicar la violencia de género.

Todos los años, alrededor del mundo, las mujeres salen este día a marchar juntas para dar visibilidad a las diferencias de género, a la violencia y a las injusticias, exigiendo un plano de igualdad de derechos frente a los hombres.

Origen

El origen de la marcha toma lugar en Nueva York en 1911. Más de 140 mujeres se manifestaron para exigir un horario digno y un salario justo. Por desgracia ese día los cuarteles de la empresa Triangle Shirtwaist Factory ardieron en llamas, quitándole la vida a quien se encontrara dentro, la mayoría mujeres. Se dice que debido a los textiles que se manejaban en la fábrica, el humo que salía del incendio era morado, creando así el símbolo de la lucha feminista. Seis años después, en 1917 en Rusia, después de exigir sus derechos por varios años, las mujeres consiguieron el derecho al voto. Poco a poco muchos países fueron uniéndose al movimiento.

Es cierto que desde entonces se han logrado muchas cosas. Como lo es el derecho al voto femenil pero, todavía queda mucho camino por recorrer. La brecha entre los hombres y mujeres sigue siendo muy amplia.

¿Cómo se ve la violencia?

Uno de los principles estandartes del movimiento feminista es la lucha contra la violencia y es que no es necesario que ésta sea física para que cuente como tal. Durante décadas, se han perpetuado diferentes formas de violencia de género como lo es la cohesión económica, el maltrato psicológico, las amenazas e incluso, los recientemente denominados “micro machismos”, que son todas aquellas pequeñas acciones, gestos o expresiones que hace un hombre hacia la mujer por la idea de superioridad en todos los aspectos de la vida cotidiana. Uno de los más destacados es el mansplaining, término que hace referencia a cuando un individuo le explica algo a una mujer de manera condescendiente, pensando que él entiende mejor el tema o bien, que ella no lo entiende en absoluto por el hecho de ser mujer.

Tristemente las cosas no quedan ahí. La violencia hacia la mujer es cada vez más fuerte y agresiva. Las estadísticas de violencia sexual, como lo es el acoso, los comentarios ofensivos (el maltrato psicológico) y los abusos sexuales, son cada vez más altas. A diario se registran casos de desapariciones de mujeres, los feminicidios siguen siendo una constante —y en su mayoría quedan impunes—, el maltrato doméstico no ha ido a la baja y la lista continua. Preocupa, pero sobretodo, consterna.

8M

El 8 de marzo la mujer sale a las calles a visibilizar un movimiento que lo único que pide es igualdad, respeto y derechos de género. Se marcha por el enojo, la frustración, el miedo de sabernos existentes en un mundo que nos violenta, nos desaparece, nos minimiza y luego, nos otorga completa invisibilidad.

Es el día en el que se pueden mostrar las injusticias, las desigualdades, gritar que valemos y que juntas se puede lograr más que solas. Se marcha porque a pesar de que ya llevamos cuatro olas del movimiento feminista, los machismos y el sistema estructural que perpetúa la violencia de genero siguen siendo un mal arraigado en la sociedad.

Nos sembraron miedo, nos crecieron alas.

Es un día para continuar luchando por los derechos de género. No es un día de celebración o festejo, es un día de acciones concretas en pro de las mujeres que siguen en pie y por las que ya no están.