Foto de portada Will and Koury Photgraphy
Una de nuestras mayores fantasías es tropezar con nuestro príncipe azul, enamorarnos de él, casarnos y vivir felices por siempre: ¡Como en las películas! En donde el amor a primera vista triunfa y no tienes absolutamente nada de qué preocuparte; pero: ¡Sorpresa! El día de hoy, te das cuenta que ya no eres la niña que veía todo color de rosa, ha cambiado tu modo de ver la vida, tus valores, tu visión de cómo te proyectas en los próximos años; pero lo más importante, la persona que veías destinado como tu compañero de vida ¡También cambia! y ya no sientes esa conexión ni deseo de seguir compartiendo tu vida con él y es totalmente válido.
No es broma; pero muchas padecemos este temor: relacionar una separación como un fracaso personal ya que así lo dicta la sociedad; la misma que sembró inseguridad en tu persona y la que te vendió la idea de que ‘todo a su tiempo’, olvidando que eres la protagonista de tu propio tiempo e historia.
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¡Tranquila! Volverse a casar es crecer, darse una segunda y magnífica oportunidad; quitarse el miedo, la incertidumbre y la desilusión para darle voz y razón al corazón que tanto te ruega por un segundo round. Enserio, pasar por segunda vez por el altar es haber madurado de tus caídas y saber cómo levantarse para ir por lo que quieres para amarte a ti misma y saber amar a otra persona.
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Créeme, la vida es muy corta como para fingir tras bambalinas una vida que no es de tu agrado; ya pasaste por la iglesia, ya tuviste el vestido de tus sueños, seleccionaste a tus damas ¿Qué más?… ¡Hay más! Planear y experimentar un second chance con tu verdadero compañero de vida.
Que no te de miedo a trazar tu vida con él, dale la oportunidad y sobre todo date la oportunidad, nadie tiene porque verte por debajo de los planes que quiere Dios para tu vida.
Recuerda que lo más importante es que seas feliz lejos de todo lo que puedan comentar las terceras personas; sólo no te olvides de ser honesta con tus sentimientos y no lastimar a nadie en el proceso; así como de realizar los trámites necesarios para intentarlo de nuevo.
Y tú, ¿te volverías a casar hasta encontrar a tu príncipe azul?
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