Foto de portada por John Schnobrich en Unsplash

Antes de subir todas esas fotografías románticas, de publicar las frases de amor que te recuerdan a él o de mandarle indirectas cuando no está todo bien… ¡detente y piénsalo dos veces!

Alejarse del celular parece un reto que ya se comparte entre propios y extraños. El hecho no acaba al querer cerrar la aplicación de Facebook o Instagram, sino que se vuelve más complejo cuando inicias una relación y, así de repente, te consume esa necesidad de compartir todo, -absolutamente todo-, lo que sucede con tu novio. Puedes pensar que no hay nada de malo en ello, y probablemente tienes razón; sin embargo esa cantidad de publicaciones pueden adquirir un significado completamente diferente cuando las haces parte fundamental del día a día.

Y es que, en serio, todo parece muy sencillo en la pantalla. La mayor parte del contenido que proviene de contactos se basa en crear una presencia perfecta en torno a su vida y, por ende, la expectativa resulta la misma para ti – piensa no solo en tus amigos, sino en influencers, personajes públicos, etc.- La ansiedad por pertenecer es absoluta, sobre todo cuando las bases de una relación exitosa son el número de publicaciones que se hacen, así como fotografías y, claro está, comentarios y likes en ellas. Es normal que la atracción se mantenga presente, y más cuando los niveles de dopamina en el cerebro están estrechamente relacionados con el efecto de las redes sociales en la vida amorosa.

También lee: Características de los esposos perfectos.

Foto: Nikki Sanders en Unsplash

El ‘me gusta’, ‘me encanta’, ‘me enoja’ o ‘me entristece’ van más allá de ser meras reacciones obtenidas por un algoritmo, y es que ellas mismas, en algunas ocasiones, suelen llevar al protagonista del perfil a un nivel extraño de ansiedad y depresión. Y aunque la tendencia parece dictar que entre más publiques sobre tu relación de pareja es mejor, lo mejor siempre será mantener la discreción y no contar de más.

Más allá de hartar a tus seguidores con tantos posts, destapar aspectos privados de tu relación puede conllevar a que ellos mismos hagan juicios sobre ti y tu pareja que, probablemente, sean equivocados. Es como si de repente llevaras todos y cada uno de los capítulos de Keeping Up With the Kardashians a tu pantalla. Todos los días. A todas horas. ¡Qué horror!

Foto: Toa Heftiba en Unsplash

Además de que nadie debe juzgar tu relación, lo mejor es que vivas el presente con el amor de tu vida, ¡y ya! No es necesario tomar una pausa para sacar el celular, tomar una fotografía, editarla, publicarla y esperar que el alcance haga de las suyas para generarte una visualización tremenda. ¿Te das cuenta de lo absurdo? Esos minutos que pierdes en dedicación absoluta para las redes sociales, son segundos potenciales que podrían transformar tu relación en una experiencia profunda y de mayor contenido. Toma nota de las 6 reglas a practicar todos los días para tener un matrimonio feliz.

Foto: Neonbrand en Unsplash

La discreción de un amor resulta el reflejo de lo verdadero, y deja de lado la banalidad de hacer todo público para generar atención (innecesaria). Vive para ti, para él… para los dos. También te recomiendo: Cómo darle un giro moderno a una boda tradicional en 5 pasos.

[sgmb id=”1″]