boda

A lo largo de los años, las practicas matrimoniales han cambiado drásticamente. En la Edad Antigua, el matrimonio era más bien un negocio entre el novio y el padre de la novia. Siglos después, las dotes, la ampliación de posesiones, el fortalecimiento de los reinos, entre otras, eran la principal motivación para la realización de una boda.

No fue sino hasta el siglo XX cuando el amor se instituye como el principal motivante para contraer nupcias. Es entonces cuando comienza a ser algo normal el poder elegir a tu compañero de vida. Ya frente a los preceptos que la Iglesia había establecido en la Edad Media (la monogamia y la no consanguinidad).

En México, en 1859, se establece la ley del Matrimonio Civil en donde se institucionaliza que las parejas, además de casarse frente a la religión de su preferencia, debían también registrarse ante el Estado.

En la actualidad, cada vez hay más diversidad al respecto. Hay quienes eligen casarse por una determinada Iglesia, quienes optan por realizar solo una ceremonia civil y quienes, incluso, han preferido otro tipo de celebraciones.

Ahora, cada vez son más las parejas que optan por vivir una boda mucho más íntima, eligiendo a amigos cercanos o familiares para oficiar la ceremonia. Esto debido a que muchos consideran el acto de firmar los papeles oficiales algo muy frío o rutinario. Con la finalidad de evitar eso, se realizan ceremonias simbólicas con mucho más significado y cercanía.

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Los Pros

Sin duda, hay factores beneficiosos en que una persona cercana a la pareja oficie la boda. Una de ellos es la cercanía y los sentimientos que pueden involucrarse, ya que, el hecho de tener a una persona que conoce a profundidad a la pareja, puede hacer que la ceremonia sea algo extremadamente íntimo y romántico para todos los presentes.

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Además, puedes llevar la batuta de qué quieres que suceda. La pluma esta en tus manos. Puedes incluir momentos que suelen no estar presentes en las bodas o excluir otros que no te apetezcan o bien, dejar libertad creativa a tu oficiante y dejarte sorprender. Para las parejas que eligen esto, es muy especial que un familiar querido a un amigo profundo guíe la unión entre los dos.

Temas a considerar

Sin embargo, no hay que olvidar que hay algunos aspectos que debes tener en cuenta. Acá te dejamos algunos consejos para que no haya imprevistos.

Procura que sea una persona tan especial para ti como para tu pareja. Que ambos sean cercanos, se tengan cariño y mucho aprecio. Es preferible que esta opción venga de los dos.

Toma en cuenta la importancia de escoger a alguien con soltura y facilidad de hablar en público. Lo último que quieres es que el maestro de ceremonia se quede sin palabras a mitad del evento. Opta por una persona extrovertida y divertida, ¿quién dijo que no puede haber risas en tu día? Las risas pueden convertirse en un factor de intimidad para ti y para tus invitados.

Por último, échale la mano a esa persona que te ayudará a guiar la ceremonia ofreciéndole un guión para que todo vaya perfecto.

Sin embargo, recuerda que esta no es una ceremonia oficial ante la ley, por lo que deberás prever casarte por el civil previo al gran día o bien, avisar al oficial civil que posterior a la lectura de artículos civiles, aceptación del matrimonio y firma de las actas, habrá una secuencia simbólica que será oficiada por la persona de tu elección, de esta forma, no se da fin a la ceremonia sino hasta después de la íntima celebración (adicional a la firma civil).

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Por otra parte, si ninguno de los dos puede pensar en una persona cercana para oficiar la ceremonia, también existen oficiantes profesionales que se dedican a la realización de este tipo de actos simbólicos, por lo que podrás contactar a alguien así. Se encargará de llevar el evento de manera fluida, sin contratiempos y por supuesto, bajo los requisitos y valores que ustedes elijan. Tu boda seguirá siendo personal e íntima, pero con alguien que está acostumbrado a dichas celebraciones.

Finalmente, recuerda que la boda es principalmente para ustedes. Así que tanto tú como tu pareja podrán decidir cómo quieren que se lleve a cabo y quiénes quieran que sean los participantes. Lo más importante es disfrutar de su gran día y que todo suceda como siempre lo imaginaron.